jueves, 20 de junio de 2013

El discurso de asuncion presidencial que hubiera querido escuchar

El discurso de asunción presidencial, que hubiera querido escuchar.
La conducción del destino de todos los argentinos lo haré con ética, luchando contra la droga y la corrupción, para lograr eficacia invito a todos los ciudadanos sin distinción de banderías políticas a colaborar haciéndome conocer mis errores.
En este mismo instante todo ciudadano puede conocer mis declaraciones juradas, las de mis familiares cercanos y espero que rápidamente lo puedan hacer con la de mis amigos, al terminar mi mandato y al presentar mi declaración jurada, será para mí una satisfacción que la misma sea comprobablemente inferior a la de hoy.


 Me haré cargo de todos mis actos, no me escudaré en decir que ignoraba algún tema, por ende para no cometer injusticias pediré la contribución a  profesionales idóneos en todas las materias en que considero que no estoy capacitado, para poder lograr ese objetivo, no designare ni permitiré que se nombren a dedo a funcionarios para ocupar ningún cargo.
Si eventualmente, a mi criterio tendría que vetar alguna ley, concurriré al Congreso para contestar a los legisladores, las dudas que tendrían al respecto del veto, y exponer mis puntos de vista para poder actuar considerando si mi veto podría ser o no beneficioso para toda la comunidad y actuar en consecuencia.
Con el hambre y principalmente la desnutrición infantil, no se puede perder un solo segundo para erradicarla definitivamente, me aferraré a lo que dijo muy sintéticamente pero sabiamente el Señor Doctor Abel Albino: Asegurar al niño recién nacido “La nutrición adecuada primero y la educación después”.

http://www.iae.edu.ar/iaehoy/IAEtv/videos/Paginas/albino.aspx  

Como el compromiso será desterrar inmediatamente este flagelo, inadmisible en la República Argentina, donde ya hace décadas que no se debería hablar de desnutrición infantil, primero: designar a los profesionales entendidos en tal complejo flagelo, volcar al proyecto todos los dineros que haga falta y sumar los dineros que se malgastan en propaganda del estado, e invertirlos para asistir rápidamente y eficazmente a todos los padres de niños con desnutrición para mejorar la calidad de vida de los más necesitados.
Con relación a la enseñanza pública, en mi mandato se darán todas batallas y con los dineros que hicieran falta para lograr que la juventud se pueda capacitar eficazmente, que no exista la deserción escolar y que el pasaje desde el jardín de infantes hasta llegar a la universidad, sea una realidad, y no letras de molde.

Sorteados estos dos problemas que son la desnutrición y la enseñanza pública, lo demás para llevar a este país a ser uno de los primeros en el mundo será fácil, con las riquezas con que Dios, con su bonhomía la dotó, es más que suficiente.  Gracias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario